Los niños saben más de lo que la gente supone
Maurice Sendak
Los niños saben más
de lo que la gente supone
Una cosa lleva a
la otra y, en resumidas cuentas, esta tarde otoñal, lluviosa en Lago Puelo,
navegando de este lado de la ventana, llegué a un artículo sobre Maurice Sendak en
una vieja página de la revista Imaginaria.
Sendak es una de
las figuras más importantes de la literatura infantil (en este enlace podrán
conocerlo o leer algo más sobre su obra http://imaginaria.com.ar/22/2/sendak.htm).
Su carrera en el mundo editorial no fue sencilla: ser judío, homosexual, de
clase media o media baja más la ruptura que propuso a la estructura imperante
para la literatura infantil de entonces, no le jugó a favor. Por suerte para
todos, con su talento y perseverancia pudo sortear los obstáculos y abrirnos puertas
enormes para disfrutar su obra y reflexionar sobre la LIJ, la infancia y nuestra visión sobre ambas.
En esta entrada
quiero compartir con ustedes algo de su pensamiento, con el que coincido
plenamente, huelga aclarar.
La ansiedad proviene de los adultos
"Pienso que cuando las personas están reseñando
nuestros libros ocurre una colisión inevitable con los prejuicios concernientes
a los niños.
Hay toda una teoría relativa a la infancia de la cual todos
parten y cuando se trata de un libro ilustrado, tratan de descubrir si se han
seguido las 'reglas' acerca de lo que se supone es correcto y saludable para
los niños. Esto entra en conflicto, todo el tiempo, con esas cosas que son
misteriosas. Los niños no necesitan de un enfoque pedante de los libros. Los
niños son mucho más universales en sus gustos y pueden tolerar ambigüedades,
peculiaridades y cosas ilógicas. Llegan a su inconsciente y las enfrentan lo
mejor que pueden.
La ansiedad proviene de los adultos que sienten que el libro
debe acatar un conjunto ritual de ideas acerca de la infancia, y se sienten
inquietos si este acatamiento no se cumple. Un conflicto muy importante se
suscita porque el artista no tiene en cuenta reglas específicas. El artista
tiene que ser un poquito desconcertante, un poquito salvaje y un poquito
desordenado. Este es el arte de un artista. Pero los artistas tienen
dificultades porque se involucran en uno de los negocios más estirados, más
rectos: el negocio de la infancia.
Muchas personas están empeñadas en proteger a los niños de
lo que creen peligroso. El artista genuino tiene la misma preocupación. A pesar
de esto su obra puede no responder a lo que los especialistas manifiestan que
es correcto para los niños. El artista pone elementos en su obra que vienen de
lo más profundo de sí mismo. Los toma de una vena peculiar de su infancia,
siempre abierta y viva. Este es un don especial. Él comprende que los niños
saben más de lo que la gente supone. Los niños están dispuestos a enfrentarse
con temas dudosos que los adultos quisieran que no conocieran.
Si un libro no sigue el trayecto de lo que el especialista
considera correcto, es un mal libro para niños. De manera que los que hacemos
libros ilustrados somos condenados más fácilmente que otros artistas creadores
porque tratamos con sujetos tan delicados: los niños. Nosotros debemos proteger
a los niños y sin embargo no están protegidos de otras cosas. No están
protegidos de la terrible televisión. Nadie los protege de la vida porque es
imposible hacerlo. Todo lo que tratamos de hacer seriamente es hablarles acerca
de la vida. ¿Qué hay de malo en esto? Y, de todas maneras, ya saben de la
vida."
Cómo llegué
Miré una charla –preciosa- sobre Cuentos infantiles e ilustración
que dio la colombiana Valentina Toro, diseñadora gráfica, ilustradora y escritora, apasionada
por la literatura infantil y juvenil.
Autora
de "Las peripecias de Violeta", "Violeta y el pincel
encantado", "Tú y yo somos un milagro" y "El pájaro de ébano".
La charla la ofreció en la Universidad EAFIT. Agosto 29 de 2017.
Si querés verla: https://www.youtube.com/watch?v=a7prwQJO2oc&list=LLcUKrzC-IRGbn0BndwdlGiQ
Si ves la charla, espero tus comentarios. Me pareció excelente.
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