EL PRÍNCIPE VALIENTE EN EL MAR, de Harold Foster
y la contradicción en el amor
En este videíto me refiero a uno de mis primeros libros de la infancia y a cómo abrió puertas que nunca más se cerraron. Al contrario: abrieron muchas otras.
Menciono algo de lo que me enseñó, como que el amor puede ser contradictorio. Sé que no lo analicé desde este lugar en aquel momento -tenía nueve años-, pero sospecho que debe haber quedado guardadito en algún lugar de mi cabeza. La novela termina así:
"Siguió andando hasta que oyó una caída de agua que le recordó su sed, y llegó así a un vallecillo sombreado. A primera vista parecía que la cascada era de oro líquido que caía desde las rocas... Después vio que era una esbelta doncella que estaba lavándose el cabello. Ella oyó un rumor y levantóse, apartando los cabellos de su rostro. A duras penas pudo Val pronunciar su nombre:
─ ¡Aleta!
Largo tiempo le contempló con sus ojos grises y serenos.
Al fin habló:
─ Sabía que volverías aquí a pesar de mi advertencia -expresó con voz que temblaba levemente.
Allí erguido frente a ella, Val sintió que se desataba un torbellino en su interior, pues su corazón decíale que la joven era Aleta, reina de las islas Brumosas, la hermosa muchacha a la que adorara en sus sueños. Era perfecta. Empero, en el momento mismo en que su corazón joven y romántico experimentaba este gozo, una voz interior, áspera y furiosa, le gritó que también era Aleta, la reina de la crueldad y el terror, gobernante de una isla cuyos habitantes mataban horriblemente a los extranjeros indefensos. Y se quedó mirándola sin hablar.
Y así, con una alegría dulce y amarga a la vez, Val la encontró al fin, y para bien o para mal había cumplido su misión".
(Si no podés ver el video aquí, podés hacerlo cliqueando: https://www.facebook.com/104149654315916/videos/404301293562780/?t=36)
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