Cómo parir un poema


El poema no es el objetivo ni es el fin. Apenas si es una intención del poeta.

Lo que vemos como poema ni siquiera representa a la Poesía como género literario. Así como el poeta no es una representación de sí mismo, sino de otros.

El poema es el medio para que el lector, con el filtro de su identidad cultural y con los ojos de su sensibilidad, convierta un grupo de palabras en una proyección de su inconsciente; podemos llamar esa proyección acto poético, sea en estado de ensoñación o manipulando una realidad individual o social.

Dicho de otra manera: el lector resuelve lo que en el poema hasta entonces era intención, embrión o materia sin forma aportada o propuesta por el poeta y lo vuelve creatura capaz de nacer una y otra vez.

Cada lectura es un parto para el poema y para el lector.

Ambos se paren mutuamente. Para ser, el poema debe parir un lector de poesía. Y viceversa.

Ambos crecen y se multiplican en otros modos de mirar, decir y sentir.

 

Ensoñación: 1. Suceso, proyecto, aspiración o cosa que se anhela o se persigue pese a ser muy improbable que se realice y en el que se piensa con placer.

2. Serie o sucesión de imágenes y sucesos que se imaginan mientras se duerme y que se perciben como reales.



Cómo se construye un poema

cuando la lengua no aclara

las venas son ciegas

               lunas sin órbitas

en una tarde sin barcos.

 

Cómo reparar la belleza

cuando un nombre

tan propio

               tan ajeno

dispara un abismo

               un suspenso.

 

Se construye

con dedos mojados

con ojos desiertos.

 

El poema se arma

entonces

               a tirones

                              a dentelladas

que arrancan de cuajo

una palabra

               otra palabra

                              un silencio

                                    otra pregunta.


                                                                    Ariel Puyelli

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una charla jugosa por Radio Albano